Cierre de Santa Ana y Santa Florentina y apuntalamiento de muros en San Julián
En los últimos días se han producido un par de noticias relacionadas con nuestro patrimonio. Por un lado, la publicada por el diario La Verdad sobre el estado de limpieza de las baterías de Santa Ana y Santa Florentina.
Estas baterías fueron ya limpiadas y desescombradas hace bastantes años por la Demarcación de Costas, dependiente en la actualidad del Ministerio de Transición Ecológica, actual propietaria de la fortificación, vallando el recinto y colocando un guarda jurado en su puerta.
Las dos baterías, junto con Santa Ana Complementaria, podían ser contempladas entonces desde el mirador del túnel de la Cortina.
Hace escasos años fue remozada la fachada del patio de armas de Santa Florentina, reconstruido el tambor fusilero del Fuerte de Santa Ana y retirada la vigilancia. Comenzaron así las intrusiones y el vandalismo en estas edificaciones.
Creemos que, entre el total abandono y la restauración y puesta en valor de una de estas posiciones, debería existir un punto medio en el que se pudieran conservar y visitar con unas mínimas condiciones de vigilancia y limpieza, y sobre todo contar con la colaboración y el civismo de los cartageneros, especialmente de los adolescentes.
Pero no es así como queda reflejado en la noticia, en la que se anuncia el cierre total de las mismas: LA VERDAD: Costas pondrá vallas en Santa Ana y Santa Florentina
APUNTALAMIENTO EN SAN JULIÁN
Otra noticia detectada por nuestro compañero Antonio G.H. y que todavía no ha sido difundida por los medios es el apuntalamiento de la fachada del patio de armas de San Julián.
Desde AFORCA ya denunciamos en su momento en nuestra Lista Roja el estado de estos Muros y lo acompañamos con unas cartas dirigidas a la Dirección de patrimonio y a la alcaldesa de Cartagena (octubre de 2018) para que instaran a la Compañía Telefónica (actual propietaria del Castillo) a realizar trabajos de restauración. Parece ser que Telefónica está moviendo ficha y hace meses que mantiene contactos institucionales en este sentido. Ya os hemos contado que los muros agrietados y con riesgo de desplome coinciden con los restaurados en 1898 tras una grave explosión en sus polvorines y que para su reparación se emplearon vigas metálicas que al parecer ahora son el motivo de estas grietas.
Esperemos que esta medida sea provisional y pronto veamos algo más.
Comienzan las obras de Despeñaperros para la consolidación de sus muros
Desde AFORCA trasladamos la noticia del comienzo de las obras de consolidación del Fuerte de Despeñaperros por parte del Ayuntamiento de Cartagena. Las labores deberían haber comenzado antes de las pasadas navidades y supuestos problemas logísticos de la empresa adjudicataria y otros incumplimientos, lo han retrasado.
Se trata de una de las escasas fortificaciones del Plan O´Donell (1860) que junto con Fajardo y Navidad han llegado hasta nuestros días, pero que en el caso de Despeñaperros, presenta el estado más degradado e irreconocible a pesar de su llamativa presencia dentro de la trama urbana de Cartagena.
Destacamos también la alusión al Plan Director de Despeñaperros, pendiente de corrección para su aprobación definitiva (excepto la parte histórica realizada por AFORCA y ya aprobada) y que esperemos pase el trámite impuesto.
Vamos poco a poco, pero esto sigue.
¿Nos olvidamos de nuevo de nuestro patrimonio?
En los últimos días han surgido informaciones sobre varias iniciativas dirigidas a mejorar la accesibilidad a Navantia, transformar la rotonda de la Grúa Sansón y potenciar los espacios lúdicos en el Puerto de Cartagena. No deja de llamar la atención que bajo los duros momentos económicos que se nos avecinan provocados por la pandemia, aún existan proyectos de futuro no relacionados con la sanidad, la educación o la conformación del “escudo social”. Estos loables proyectos, y máxime procediendo de instituciones que en principio no tienen una clara obligación en materializarlas, se realizarían en su mayoría y paradójicamente al pie de parte de nuestro patrimonio de fortificaciones militares.

La Autoridad Portuaria de Cartagena cuenta en su haber una larga lista de iniciativas ciudadanas que merced a su buena gestión y balance económico han contribuido notablemente a mejorar nuestro frente marítimo en pro del cartagenero. Desde AFORCA valoramos muy positivamente las gestiones que realizó en su día D. Iván Negueruela para salvar del soplete la Grúa Sansón y la exhibición por parte de la Autoridad Portuaria de esta importante estructura de arqueología industrial que desempeñó un importante papel en el desembarco de los cañones de 381 mm que se artillarían en Castillitos y Cenizas, y que posteriormente realizaría idénticos cometidos para las baterías de Favaritx, Llucalary y la Mola en Menorca. Otro gran acierto del que disfrutan multitud de Cartageneros ha sido la construcción del carril bici y peatonal que une el centro de la ciudad con Cala Cortina. Nuestra más sincera enhorabuena.

Durante la década de los 60,70 y 80, la “Feria del Puerto” fue el principal lugar de ocio y encuentro de los cartageneros. En un exiguo e irregular paseo recluido entre la valla de la zona franca portuaria y la carretera al pie de la Muralla se ubicaban los “caballitos” para que los más pequeños acompañados de sus padres disfrutaran. Los puestos ambulantes y las terrazas rebosaban de personas tomando el aperitivo o tapeando, y los adolescentes iniciaban sus primeros cortejos en los autos de choque. Los más atrevidos y con ganas de andar, llegaban hasta el Castillo “de los Patos” donde gozaban de las bellas panorámicas y realizaban fotos familiares o de pandilla. Se podía decir que toda Cartagena se concentraba allí durante los fines de semana. Sin duda, el contenido lúdico del lugar llamaba más la atención que el continente, aunque los dos poseían cierta cutrez.
Con la gran remodelación de del Muelle de Alfonso XII en la década de los 90, el ciudadano pudo por fin acceder físicamente hasta el mar. El entorno se modernizó sobremanera, y tras varios intentos fallidos de locales de restauración y ocio, el cartagenero perdió el hábito de acudir masivamente al muelle. La restauración de la Muralla de Carlos III no estuvo tampoco exenta de polémica y el Tribunal Supremo falló a favor de AFORCA por la “fantasiosa” forma de colmatar su antepecho que infringía e infringe la ley de Patrimonio. A ello le sumamos la altura de las numerosas edificaciones que construidas posteriormente la han arrinconado impidiendo verla desde el mar y perdiendo la fisonomía que este frente mantuvo durante dos siglos, y que de forma parecida y contrariamente si han sabido realzar en Palma de Mallorca.


AFORCA siempre ha mantenido que la singularidad cultural de Cartagena está sustentada por el extraordinario patrimonio de fortificaciones militares que complementa de forma exponencial al patrimonio romano, religioso o modernista, común a otras ciudades, pero que en nuestro caso, la convierten en un pack irrepetible en España, y quizá en todo el Mediterráneo. Curiosamente, parte importante de estas fortificaciones se hallan en nuestro Puerto. Desde la Punta de la Podadera hasta Cala Cortina nos encontramos con 10 baterías, dos fuertes y una torre defensiva, y nos llama la atención que este gran proyecto no contemple intervención alguna en ellas. La diferente titularidad de este patrimonio puede que sea a priori un hándicap, pero ¿es tan difícil que instituciones tan potentes y representativas como la Autoridad Portuaria, Ayuntamiento, Comunidad Autónoma y MINISDEF puedan gestionar y coordinar de una vez su puesta en valor? ¿Es preferible realizar esta millonaria inversión para crear un nuevo “patrimonio de ocio” olvidándonos del patrimonio BIC ya existente dentro del Puerto? ¿Seguirá presidiendo esta gran remodelación el arruinado Castillo de Moros?
Antes de abarloarse el crucero a este nuevo oasis de palmeras, el turista habrá atravesado la bocana del Puerto observando el lamentable estado de abandono de las fortificaciones de la Podadera, Torre de Navidad, San Leandro, Santa Florentina o Santa Ana. Los trabajadores de Navantia podrán también acudir a su trabajo por una remodelada “Senda de los Elefantes” bajo una muralla del S XVIII cubierta de cables, grafitis, maleza entre su descompuesta mampostería, y merlones parcialmente abatidos.
Desde AFORCA lamentamos una vez más la falta de coordinación, visión y ambición de nuestras instituciones.