Edad Moderna
Edad Moderna
Siglos XV y XVI
Este período, que pertenece a los Reyes Católicos y a todos los monarcas de la dinastía de los Austrias, corresponden años de poco progreso para la ciudad, pero de gran preocupación por parte de los distintos monarcas para mantener el Puerto como refugio de las Galeras y base de avituallamiento y de partida de Armadas, sin olvidar el continuo acoso de la piratería turco berberisca. Por nuestra parte exponemos, a continuación, lo más significativo de lo gestionado en cada uno de los distintos reinados.
Reinado de los Reyes Católicos (1.474 a 1.517)
La nueva frontera.- Con la reconquista del reino de Granada en 1.492, desaparece la frontera terrestre al Sur del antiguo reino de Murcia, y con ello el peligro de ataques terrestres y marítimos desde los puertos peninsulares reconquistados. Pero la frontera marítima permanecía y Cartagena recobra importancia para el Reino de Castilla como puerto.
Los Reyes Católicos le prestan atención como base de partida para las armadas que habrían de actuar en las acciones bélicas propias de la política exterior española en el Norte de África y en todo el Mediterráneo.
El Informe Guevara.- En estas circunstancias era necesario hacer realengo el castillo de la ciudad y fortalecerlo convenientemente. Esto ocurrirá en el año 1.503, cuando Cartagena pasa a depender directamente de la Corona de Castilla, y nombrado alcalde y justicia mayor, al tiempo que alcaide del Castillo, el comendador Nicolás Guevara, envía un memorial a la reina Isabel, proponiéndole la conveniencia de poblar Cartagena así como las medidas que sugería para este fin, exponiéndole del estado defensivo de la ciudad: «...sin Cerca, ni reparos, ni guardas, ni artillería...». Cinco años después de la emisión del informe de Guevara, se nombró con fecha 20-09-1.508 a DIEGO DE ORTIZ para hacerse cargo de la Fortaleza de la Ciudad de Cartagena (Alcaide), la cual: «tenía pertrechos, bastimentos y artillería...».
El bombardeo de Cartagena en 1.516.- La necesidad de mayor atención defensiva resultó más que justificada cuando Cartagena, es atacada y bombardeada, en el año 1.516, por naves genovesas. Este acontecimiento reclama mayor atención para las defensas marítima de Cartagena, no solo por la seguridad de sus habitantes sino también por haber sido atacada una de las armadas que se preparaban para socorrer a Argel.
Reinado de Carlos I
A Carlos I, los reinos heredados de sus padres y abuelos y la elección como emperador de Alemania, le obligaron a una mayor intensificación de la política Mediterránea, de la que no podía quedar exenta el puerto de Cartagena. Pero la verdadera preocupación por esta plaza, no se iniciará hasta el nombramiento de Andrés Dávalo como corregidor de las ciudades de Murcia, Lorca y Cartagena en 1.540.
El proyecto Dávalos.- Lo primero que hizo Dávalo fue enviar al rey un Plano del Proyecto Dávalos en 1.540, proyecto para la fortificación de Cartagena. Por estas fechas se produjo el fracaso de la expedición castellana a Argel, dejando una situación aún de mayor riesgo en nuestras costas por el aumento de la actividad pirata de los norteafricanos.
El Emperador, al regreso de aquella expedición, hizo escala en Cartagena acompañado del famoso maestro ingeniero Juan Bautista Antonelli, y una vez reconocida la situación, decidió, no sólo fortificar la ciudad, sino además comenzar una obra tan importante como las ATARAZANAS REALES, fábrica de bastimentos de boca y guerra, que posteriormente fue conocida como CASA del REY.
Hasta Dávalos, generalmente siguiendo la tradición medieval, se daba la mayor importancia a la defensa del Castillo, como testimonio del poder real, incluso en detrimento de la propia población, y el puerto quedaba fuera de la protección eficaz por parte de la artillería de la fortaleza. Sólo se pensaba en la defensa del Castillo, y el pueblo no tenía cobijo en el mismo.
Dávalos trató de modificar este criterio y se planteó como muy importante la defensa del puerto por el temor a la piratería, sin olvidar a la población civil que también participaba en esta defensa. Para ello propuso importantes reformas en el Castillo así como la construcción de un muelle y de una muralla que encerrase a la ciudad y que diera seguridad a los vecinos al tiempo que protegía el Puerto.
La muralla del Deán.- Es digno de destacar la presencia de un importante personaje, Sebastián Clavijo (El Deán), que permanecía en Cartagena como proveedor de armadas, y que inició la realización de las obras necesarias para las fortificaciones proyectadas por Dávalos.
Sin embargo las obras del Deán fueron suspendidas en 1.545 por la intervención del Capitán General de las Galeras de España, para quien lo más importante era la defensa del puerto y la seguridad de sus galeras reales refugiadas en él. Con la suspensión de las obras la ciudad quedaba indefensa ante un simple ataque de unas docenas de moros desembarcados en las Algamecas o Escombreras.
Sin embargo, a pesar de no llegar a terminarse estas murallas (del proyecto Dávalos), lo construido de ellas se le conoce como "Murallas del Deán", que al parecer no eran abaluartadas sino, más bien medievales, sobre la base de lienzos y torreones cilíndricos.
Reinado de Felipe II (1.556 a 1.598)
Nuevo empleo de la artillería.- Durante este reinado el escenario de las grandes guerras españolas se traslada a Flandes, y será allí donde se perfeccionó la guerra de sitios, con el empleo de cañones. La Artillería del Monarca brilla a gran altura en Limburg, Tournay y Maestrich, pero de forma progresiva se vislumbró una disminución de la efectividad del fuego artillero sobre las plazas, que puede ser atribuida a la perfección en las técnicas de construcción de las fortificaciones.
Nuevas técnicas en la construcciones de fortalezas.- Fue importante para los sistemas de construcción de fuertes y murallas, el descubrimiento, de forma experimental del comportamiento de los proyectiles de cañón sobre la tierra poco compactada, la cual absorbía la bala y reducía enormemente sus efectos. De aquí nació la combinación constructiva "Muro-Terraplén de tierra", sistema que ha llegado hasta las más modernas fortificaciones. Dicha técnica fue mal empleada en la construcción de las "murallas de Antonelli" de Cartagena, como trataremos más adelante.
La necesidad de una muralla.- Cartagena.
Siglo XVII
Reinado de Felipe III (1.598 a 1.621)
Cuando comienza el Siglo XVII el puerto de Cartagena se había convertido en la principal base logística y operativa para las galeras reales en el Mediterráneo, su posición de flanco sobre las rutas que convergían sobre el Estrecho de Gibraltar y de asistencia a los puertos norteafricanos era privilegiada.
La ciudad conservaba muy deterioradas las murallas de Felipe II y el Castillo que empezaba a contar poco en el orden defensivo de la Plaza. A partir de este momento fueron los baluartes las obras que cobraron una importancia esencial para el emplazamiento de la artillería.
Reinado de Felipe IV (1.621 a 1.665)
Experiencia de Trincabotijas.- En los primeros años del reinado de Felipe IV, ante la persistente amenaza y los ataques de la piratería, y la situación internacional, las autoridades reales sienten la necesidad de fortificar la bocana del puerto, frente a la oposición de las autoridades locales que apostaban más por la fortificación de la plaza.
Pero no se hizo nada ni en un sentido ni en el otro, solo se realizó la llamada experiencia de Trincabotijas, que demostró que una culebrina colocada en esta posición podía batir y defender la entrada al Puerto, las dos Algamecas y Escombreras. A pesar del éxito de esta experiencia no se artilló la Trincabotijas.
Reinado de Carlos II (1.665 a 1.700)
Invernaje de las galeras.- A la administración real sólo le preocupaba el estado de defensa del puerto, aunque paradójicamente las obras de defensa que se verificaron no influyeron en mejoras para sus vecinos. Los escasos habitantes, de la ciudad, unos 800 vecinos, son castigados por las epidemias y los crecidos impuestos, y se veían imposibilitados para el desarrollo industrial y comercial.
La gran importancia del puerto militar se verá incrementada, en este reinado, con la decisión real (1.668) para que la escuadra de galeras invernara en Cartagena. Fue esta decisión de gran trascendencia para el futuro de Cartagena.
Artillado de Trincabotijas.- Las rivalidades internacionales y los ataques de la piratería, obligan a artillar, por fin en 1.672 la batería de Trincabotijas (en la punta de Levante de la Bocana) y en 1.686 se artilla la Punta de Poniente (la Podadera). Estos artillados, con cuatro piezas en cada batería, fueron posible gracias a la aportación económica del pagador de las galeras por orden del duque de Veragua.
Otra obra financiada por el pagador de las galeras fue la construcción del almacén para pólvoras del baluarte de Las Beatas, que sustituía a la vieja Casa del Rey, y evitaba el peligro que su presencia suponía para la ciudad, más aún, después de la voladura ocurrida en 1.640.
Resumen de las fortificaciones realizadas hasta el año 1700
Resumimos, a continuación, cuantas fortificaciones se realizaron en Cartagena hasta la fecha indicada, indicando su situación en el plano correspondiente.
Plano 1
Plano 2
Plano 3
Castillo de la Concepción.- Restaurado.- Plano 3.- nº 42.
Baluarte de la Gomera.- Plano 3.- nº 35.
Baluarte del Cautor.- Desaparecido.- Plano 3.- nº 24.
Murallas de Carlos I o del "Deán".- Algunos restos.- Plano 3.- nº 20 y 27.
Murallas de Felipe II o de "Antonelli".- Desaparecida.- Plano 3.- Línea Roja.
Casa del Rey.- Solo se conserva el escudo en piedra de la fachada del edificio en la calle de Intendencia.- Plano 3.- nº 12.
Almacén de pólvora de Las Beatas.- Plano 3.- nº 28.
Batería de Trincabotijas.- Plano 2.- nº 27.
Batería Punta de la Podadera.- Plano 2.- nº 16.
Torre de la Campana.- Plano 1.- nº 3.
Torre del Moro.- Plano 1.- nº 18.
Torre Rubia.- Plano nº 1.- nº 19.
Torre de Nicolás Pérez.- Plano 1.- nº 11.
Torre Blanca.- Plano 1.- nº 25.
Torre del Negro.- Plano 1.- nº 21.
Torre de la Azohía.- Plano 1.- nº 5.
Torre de Portman.- Desaparecida.- Actual Faro.
Torre de cabo de Palos.- Desaparecida.- Actual Faro.
Torre del Estacio.- Desaparecida.- Plano 1.- nº 24.
Torre de la Encañizada.- Desaparecida.- Plano 1.- nº 23.
Torre de San Pedro del Pinatar.- Desaparecida.- Plano 1.- nº 22.
Siglo XVIII
Esta centuria supuso para Cartagena la configuración de la traza urbanística definida por la Muralla de Carlos III, y el asentamiento de unas instalaciones logísticas para el servicio de la Marina y el Ejército, que constituyeron la base fundamental de la economía, industria y vida social de la ciudad, al menos hasta mediados del siglo XX.
Fue en el Siglo Ilustrado (el XVIII) cuando Cartagena optó por estar al servicio de la organización defensiva, convirtiéndose en un verdadero enclave para la industria naval militar, y cerrándose tal vez a otro tipo de desarrollo económico. Y esto ocurrió al tiempo que la ciudad crecía espectacularmente en número de habitantes. Para Cartagena el establecimiento del Departamento Marítimo, marca el punto de inflexión en su historia moderna. Es el hecho clave que condicionará su devenir durante más de 150 años.
El sistema abaluartado, la Escuela Española.- A las fortificaciones construidas en Cartagena, castillos y murallas, hemos de considerarlas, dada su fecha de ejecución, en la segunda mitad se Siglo XVIII, como perteneciente al Sistema Abaluartado de la Escuela Española (ver en 4 Sistemas Abaluartados), realizadas por unos ingenieros de alta preparación técnica y muy experimentados, auxiliados por unos equipos de subalternos de gran conocimiento de su oficio. Todo este personal estaba altamente influenciado por las obras realizadas en Ultramar durante los siglos XVI y XVII, que dieron origen a dicha técnica. En nuestros castillos y murallas aún podemos contemplar, gracias a Dios, una serie de elementos comunes, característicos del "Sistema Abaluartado de la Escuela Española" tales como: el cordón, las garitas con sus bellas ménsulas rematadas por el pie de lámpara, los fuertes y robustos merlones y antepechos o barbetas, las escaleras de caracol, las bóvedas a prueba, los fosos secos, las aljibes o cisternas en cruz, y otros muchos que han desaparecido como pudieron ser los puentes levadizos, estradas encubiertas o caminos cubiertos, etc.
La Guerra de Sucesión.- Comienza este siglo con la Guerra de Sucesión; Cartagena es conquistada por los ingleses en nombre del pretendiente al trono español, el archiduque Carlos de Austria, el 24 de Junio de 1.706.
Durante los cinco meses de ocupación los conquistadores y para fortalecer la plaza cubrieron con una muralla de "tapial" el frente de la parte que después fue Puerta de San José, construyeron la torre de San Julián y asentaron baterías en los Picachos (al sur de Atalaya) y en el cabezo de Los Moros. Pero Cartagena fue recuperada por el duque de Berwick, para Felipe V, el día 19 de Noviembre del mismo año.
Estas fortificaciones realizadas por los ingleses vinieron a confirmar la célebre teoría de "los padrastros": la necesidad, por parte de los defensores, de ocupar aquellas alturas exteriores a la plaza, que al caer en manos del sitiador «... dominan, enfilan y molestan, el espacio interior...».
Creación del Departamento Marítimo y el Arsenal.- Será Felipe V el que toma la determinación de crear los departamentos marítimos de Cádiz, El Ferrol y Cartagena (R.O. de 1.726). Es esta una fecha que marca un hito fundamental para la historia de Cartagena, e impulsa su modernización, ya que para estas ciudades suponía la construcción de los respectivos arsenales, semejantes a los de Francia, Inglaterra o Rusia.
Durante el Siglo XVIII se iniciará un verdadero desfile de ingenieros militares por Cartagena, que protagonizaron el diseño y la dirección de obras de las fortificaciones defensivas que han llegado hasta nuestros días.
En el mismo año de 1.726, llegó a Cartagena el ingeniero militar Antonio Montaigut de la Perille, con el encargo real de construir una "base naval" (del nuevo departamento marítimo), en vez del tradicional puerto refugio para galeras y navíos, decisión que implicaba la transformación de la ciudad de Cartagena en "plaza fuerte". Para ello realzó un primer proyecto que fue aprobado por R.O. de 13 de Junio de 1.731, después de haber colaborado en el mismo el ingeniero militar Alejandro Rez, que había llegado a Cartagena en el año 1.728.
El proyecto consistía en habilitar para las embarcaciones la actual dársena del Arsenal, que era la desembocadura de la rambla de Benipila, y que se hallaba casi colmatada por los arrastres de dicha rambla. Por ello era indispensable el desvío de la rambla a la Algameca Chica, para lo que se ejecutó la obra de la Cortadura y la construcción de un malecón, que posteriormente serviría de base para la construcción de la Muralla de Carlos III.
Gran importancia tuvo la incorporación del Ingeniero Sebastián Feringán Cortés, que llegó a Cartagena el 11 de Septiembre de 1.728 como segundo en las obras, pero sería el alma de ellas. Desde esta fecha, fijó su residencia en la ciudad ocupándose de numerosas obras en toda la provincia.
El despliegue de baterías de costa, de Panón.- Otro importante ingeniero será Esteban Parnón intervino en los proyectos y construcciones del sistema defensivo de la Bocana, con sus nueve baterías, que siguiendo la costa de Poniente a Levante son:
En el "Frente Derecho", San Fulgencio (o del Collado), Punta de la Podadera, Fuerte de Navidad, Espalmador (o de los Apóstoles)
En el "Frente Izquierdo" San Leandro, San Isidoro y Santa Florentina (ambas formaban una sola posición), Fuerte de Santa Ana, y Trincabotijas.
Las baterías de ambos frentes defendía la entrada al Puerto contra un posible enemigo, cruzando sus fuegos. Además, en el Frente Derecho las del Collado y la de la punta de la Podadera, batían la ensenada de las dos Algamecas y, el Frente Izquierdo, la de Trincabotijas batía la ensenada de Escombrera.
Además, Panón diseñó el canal de comunicación del Espalmador a la actual dársena del Arsenal, para permitir el paso de los navíos de alto bordo, y el malecón para conducir las aguas de la rambla de Benipila a la Algameca.
El conde de Aranda y la Muralla de Carlos III.- En visita realizada a Cartagena en los meses de junio y julio de 1.765, el Conde de Aranda como Capitán General de los reinos de Valencia y Murcia, advirtió que las obras del Arsenal se encontraban en estado muy avanzado, pero sólo se había previsto su seguridad, aislándolo de la Plaza por un muro que únicamente daba resguardo contra la población civil, pero resultaba totalmente inadecuado contra un ataque enemigo exterior que lograra desembarcar en las proximidades de Cartagena, especialmente en las Algamecas, a pesar de las baterías ya mencionadas.
Aranda envió un informe al Ministro de la Guerra, y en el mes de noviembre del mismo año Carlos III dio orden al ingeniero militar y brigadier del Ejército Pedro Martín Zermeño para que se presentase al Conde de Aranda para recibir instrucciones a fin de la fortificación de la Plaza.
Consecuencia de estas intervenciones de Zermeño, y más tarde de su sustituto el también ingeniero militar Llobet, durante un período de 44 años (1.755 a 1.799) fueron realizados los proyectos y las obras siguientes: La Muralla; castillos de Atalaya, Galeras y Moros; Hospital Real (de Marina); Maestranza de Artillería (Parque); Cuartel de Antiguones y remate de las baterías iniciadas por Panón.
Será en este período donde se configura y construye el definitivo "sistema defensivo" que ha llegado hasta estos días, salvando lo concerniente a los planes de O'Donnell y Primo de Rivera de los que trataremos más adelante.
Las obras del Arsenal seguirán su curso de la mano de los ingenieros Sebastián Feringán Cortes, Mateo Vodopich y Francisco Llobet, durante los años comprendidos entre 1.750 a 1.782, con las importantes colaboraciones de los marinos Jorge Juan y Antonio Ulloa.
Resumen de fortificaciones del siglo XVIII
Resumimos, a continuación, cuantas fortificaciones se realizaron en Cartagena durante el siglo XVIII, indicando su situación en el plano correspondiente.
Plano 1
Plano 2
Plano 3
Torre de San Julián (en el castillo del mismo nombre).- Plano 2.-nº 32.
Batería de San Carlos.- Desaparecida.- Plano 3.- nº 47.
Batería de San Alejo.- Desaparecida.- Plano 3.- nº B.21.
Batería Doctrinal.- Desaparecida.- (es el actual Carenero de E.N. Bazán. (Izar).
Batería de Enseñanza.- Desaparecida.- Lo Campano en Santa Lucia.
Batería del Arsenal.- Desaparecida.- Plano 3.- nº 10.
Batería del Apostolado.- Desaparecida.- Plano 2.- nº 10.
Batería del Collado o de San Fulgencio.- Plano 2.- nº 12.
Baterías del Soto de San Juan (Fajardo).- Plano 2.- nº 13, 14 y 18.
Batería de San Leandro.- Plano 2.- nº 26.
Baterías de San Isidoro y de Santa Florentina. Plano 2 nº 24.
Castillo de Galeras. Plano 2. nº 11.
Castillo de Atalaya. Plano 2. nº 6.
Castillo de los Moros. Plano 2. nº 22.
Fuerte de Santa Ana. (Santa Ana Acasamatada). Plano 2. nº 23.
Murallas de Carlos III. Plano 3. Formada por los baluartes B.19, B.20, B.21, B.22, B.24, B.1, B.2, B.3, B.4, B.5, B.6... continuando hasta el Castillo de Galeras.
Arsenal Militar. Plano 3.
Hospital Real. Plano 3. nº 53.
Cuartel de Antigüones. Plano 3. nº 56.
Parque de Artillería. Plano 3. nº 19.
Cuartel de guardiamarinas.
Edad Contemporánea
Edad Contemporánea
Esta edad que transcurre durante los siglos XIX y XX., fue para Cartagena, al igual que en el resto del Reino de España, tempo de grandes acontecimientos políticos que supuso para esta ciudad el protagonismo de acontecimientos políticos y sus correspondientes guerras. Durante el siglo XIX Cartagena se sublevó siete veces: en 1.808 proclamando a Fernando VII, en 1.820 secundando el alzamiento de Riego en Cabezas de San Juan, en 1.843 a favor de Isabel II, en 1.844 en contra del Gobierno de la Reina Gobernadora, en 1.854 uniéndose al movimiento de O'Donnell, en 1.868 abrazando la patriótica causa del general Prim y por último, en 1.873 proclamando el Cantón Murciano. En el siglo XX, Cartagena tuvo gran protagonismo durante la Guerra Civil 1.936 - 1.939, con único Departamento de Marina de las fuerzas republicanas. Estos acontecimientos, unidos a los grandes progreso que hubieron en el armamento y las fortificaciones, ocasionaron un "tejer y destejer" en los sistemas defensivos de esta plaza, como presentamos en los puntos siguientes.
Siglo XIX
El siglo XIX fue para España una continua lucha entre la libertad y el despotismo, una ininterrumpida serie de catástrofes, guerras civiles y coloniales, una ráfaga de gloria en áfrica, y la pérdida de nuestro poderío en Ultramar. A estos acontecimientos, no permaneció ajena la plaza de Cartagena, pues contra sus muros y fortalezas se produjeron importantes acciones de guerra que pusieron a prueba, en varias ocasiones, la utilidad de su sistema defensivo, en especial durante la Guerra Cantonal. Además, en esta centuria habrán de transformarse profundamente los sistemas de fortificación motivados por una serie de factores, algunos de los cuales expondremos a continuación.
Los campos atrincherados de Clauserwitz.- Durante la primera mitad del Siglo, para la defensa de las plazas fuertes, había que tener en cuenta además del empleo masivo de cañones las nuevas ideas difundidas por Clauserwiz, quien preconiza la construcción de los campos atrincherados circundando la plaza, para alejar a la ciudad de los efectos de la artillería de sitio. Este sistema llamado por el propio Clauserwitz "segunda acción", estaba organizado sobre la base de obras permanentes y campos atrincherados (obras de Campaña), que no poseía Cartagena.
Por otra parte, el perfeccionamiento del fusil suponía la necesidad de dar entrada a esta nueva arma en la defensa de las fortalezas, sustituyendo en gran modo a la artillería en la defensa próxima, especialmente en los flanqueos del foso, lo que da lugar a la aparición de las galerías aspilleradas, con aspilleras bajas y altas en los muros, que propiciarán la aparición de nuevos sistemas defensivos tales como el "Sistema Poligonal" y el "Sistema Atenazado", que han de quedar testimoniados en el castillo de San Julián.
El buque acorazado y las bóvedas a prueba.- El último tercio del Siglo XIX representa un espectacular progreso de la Artillería, que hará modificar, no sólo las tácticas de los cuerpos combatientes, sino que también provocará un importante progreso en la fortificación, consolidándose las "bóvedas a prueba". Para la Marina traerá la aparición del buque acorazado, que supondrá la iniciación de la lucha entre "La coraza y el proyectil". Ahora el artillero, a falta de proyectil perforante tratará de batir el buque disparando a sus cubiertas, generalmente más débiles o de madera.
En España también se entra en esta preocupación y se dan normas para los asentamientos de las baterías de costa, distinguiendo entre las de "tiro curvo" y las de "tiro rasante" (para perforar). Las primeras se asentarían en cotas elevadas y las segundas en cotas bajas.
La invención del ánima rayada, la retrocarga, la pólvora sin humo, la espoleta de doble efecto y otros, desencadena un ritmo vertiginoso de sucesivos empleos, de tipos y modelos de piezas de artillería con la superación en potencia destructora, en gigantismo de calibres y en el alcances insospechado que afectaron a la fortificación y la táctica, e incluso a la concepción estratégica de las guerras.
Entre los cambios que impuso esta evolución en las fortificaciones abaluartadas terrestres están los siguientes: el empleo del hormigón, que sólo se rompe donde el proyectil perfora, sin afectar al conjunto, al contrario que la mampostería en la que la caída de una piedra puede ocasionar el desmoronamiento del muro, la pólvora sin humo, que daba paso a la vieja aspiración de cerrar totalmente las casamatas, una vez que había desaparecido gran parte de los peligros y molestias que ocasionaba el humo.
Con estos adelantos el buque de guerra queda beneficiado doblemente por los nuevos cañones y por las corazas, y la defensa de las costas ha de contar, al menos, con la misma artillería que el buque, y solo podrá tener a su favor la posibilidad de adelantar los asentamientos, si el trazado de la costa se lo permite, para situarse a menor distancia del barco de la que este ha de estar del objetivo a defender.
Cartagena plaza de primer orden.- El informe Sierra.- Con la llegada al Trono de Isabel II (1.843 a 1.868), se producen dos importantes acontecimientos para las fortificaciones de Cartagena. El primero de ellos, y más importante será la R.O. de 12 de Septiembre de 1.842, por la que la plaza de Cartagena que había estado considerada como de TERCER ORDEN, es declarada de PRIMER ORDEN.
El segundo será otra R.O. de 8 de Enero de 1.843 por la que dividía el territorio nacional en Comandancia de Ingenieros, designando para la de Cartagena un teniente coronel, que integrado en el 4º Distrito (Valencia) residiría en Cartagena y atendería a las provincias de Murcia y Albacete.
La nueva categoría de la Plaza y el contar con una Comandancia de Ingenieros hace posible un estudio detallado de esta ciudad en 1.845, por parte de Ingeniero Militar Idelfonso Sierra, que trata de estudiar las formas de remediar los defectos de la defensa terrestre de Cartagena, y propone: construir los fuertes de Los Picachos y el Castillo de San Julián; y fortificar Cabezo de Lauria, el Puntal de la Cueva de Guaracha y el Molino de los Pernos, tratando de establecer el segundo sistema de defensa u ofensivo de los campos atrincherados de Clauserwitz. Pero todo quedó en estudios e informes.
El informe Medina.- Más tarde la preocupación por el sistema defensivo de Cartagena tendrá como origen el R.D. de 25 de mayo de 1.851 con la creación de una Junta con el encargo de formular el plan del sistema defensivo de la Península, islas y posesiones adyacentes, pero se dilatará en el tiempo y no acabará sus trabajos hasta 1.858. En este año por R.D. del 28 de julio el General O'DONNELL, ministro de la Guerra, la disolverá y encargará a la Junta Consultiva de Guerra, la finalización y ejecución de estos trabajos.
En 1.859, a instancias del Ingeniero General, se hizo una petición a las Cortes de un crédito extraordinario para material de artillería e ingenieros y para los estudios de fortificación realizados durante toda esta época.
En Cartagena tales estudios culminaron en el Proyecto de la Comandancia de Ingenieros de la plaza, que firma su Jefe el Coronel Medina y que recoge todos los anteproyectos hasta entonces realizados con un nuevo concepto de la defensa. Estos anteproyectos fueron desarrollados por los prestigiosos ingenieros Tabar y La Llave, y atendían tanto a la defensa marítima como a la terrestre, equilibrándolas. Y en este último aspecto incluso prevenían lo que se denominó en la época ataque industrial, con el uso de la bóvedas a prueba en las nuevas baterías y en las reconstruidas.
Aunque las obras y sus artillados no se realizaron en la totalidad, la presteza de su iniciación, comenzando incluso antes de terminar el informe algunas obras de las provisionales, causaron una favorable impresión en la población de Cartagena, y así, el cronista Martínez Rizo, publica en el año 1.891: << Inaugúranse las obras de fortificación del Puerto de Cartagena, cuyas baterías llegan a ser, andando el tiempo la mas perfecta manifestación del arte moderno, resultando inatacable el puerto y contribuyendo a que sea esta la primera plaza militar de España en las costas del Mediterráneo >>. Pero debemos recordar que desde que se redactó el Informe Medina en 1.869, hasta 1.891, la Artillería y la Fortificación, en general, han sufrido un espectacular avance dejando obsoleto cuanto se había proyectado.
La Guerra Cantonal.- La Guerra Cantonal puso de relieve muchas de las carencias que tenía la plaza de Cartagena para su defensa en el frente terrestre, debido a la falta de obras exteriores, del frente marítimo poco podemos deducir ya que no recibió ataque alguno de consideración.
Los Cantonales se encerraron tras la Muralla, y aunque hicieron algunas salidas, apenas combatieron a las fuerzas sitiadoras, que con cierta lentitud y pocos medios fueron estableciendo las famosas doce baterías, que batieron los fuertes y baluartes, desde una distancia superior al alcance de los cañones cantonales, debido a la carencia de obras exteriores de la plaza que lo impidiera.
La poderosa escuadra cantonal permitía el dominio del mar, al menos en las costas próximas, y a pesar del Combate de cabo de Palos (11-10-1.873), aseguraba el abastecimiento de la plaza, la comunicación con el exterior y asegurar la huida, en el caso de la derrota.
El Artillado Krupp.- Para poder contar con material adecuado que pudiera hacer frente a los moderno acorazados, en los últimos años del siglo XIX, se le compraron a la Casa Krupp, piezas destinadas a Cádiz, Mahón, El Ferrol, Ceuta, La Habana y Cartagena, de los calibres 26 y 30,5 cm.
Los correspondientes a Cartagena artillaron las baterías de Podaderas (con 2 piezas de 260/35), Santa Ana Complementaria (2 piezas de 305/35) y Trincabotijas Baja (2 piezas de 350/35), de 12.000 metros de alcance.
Comparación del despliegue del siglo XVIII con el del XIX.- A pesar del gran aumento de alcance y del poder destructivo de los nuevos proyectiles, no sufre variación la ubicación de las baterías de costa, se siguen manteniendo los frentes derecho e izquierdo, que siguen cruzando sus fuegos para proteger la entrada a la bocana, sin aumentar la amplitud del despliegue por Levante y Poniente.
La única innovación fue la construcción de las "casamatas a prueba", con lo que se dotan a las antiguas baterías de: San Leandro, San Isidoro y Santa Florentina y el Fuerte de Santa Ana. Además se construye el Fuerte de Navidad y el Castillo de San Julián (que por fin se termina de construir). Al final del siglo será cuando se dejen de construir casamatas para dar paso a las "barbetas", como ocurrió en los artillados Krupp (Trincabotijas, Santa Ana Complementaria y Podaderas).
Resumen de fortificaciones realizadas durante el siglo XIX
Resumimos, a continuación, cuantas fortificaciones se realizaron en Cartagena durante el siglo XIX, indicando su situación en el plano correspondiente.
Plano 1
Plano 2
Plano 3
Fuerte de Navidad.- Se construye sobre la vieja batería del siglo XVIII un fuerte con las piezas acasamatadas. Plano 2. nº 18.
Sobre el antiguo Fuerte de Santa Ana se construye una batería acasamatada que será conocida como Batería de Santa Ana Acasamatada. Plano 2. nº 23.
Batería de Santa Ana Complementaria.- Krupp a barbeta. Plano 2. nº 25.
Castillo de San Julián. Plano 2. nº 32.
Reformas en la batería de Trincabotijas Baja.- Krupp. Plano 2. nº 27.
Reformas en la batería de la Punta de la Podadera. Krupp a barbeta. Plano 2. nº 16.
Polvorín de La Guía.- Acuartelamiento de Ingenieros. Plano 1. nº 20.
Cuartel Defensivo de Fajardo. Plan O'Donnell. Plano 2. nº 15.
Fuerte de Despeñaperros del Plan O'Donnell. Plano 3. B.23.
Fosos en las puertas de Madrid y de San José. Plano 3. nº 1 y 51.
Siglo XX
Cartagena se queda sin fortificaciones permanentes.- Cartagena comenzó el siglo XX, renunciando al sistema defensivo terrestre. La primera confirmación del desmantelamiento defensivo terrestre de esta plaza será la concesión Real para el derribo de las murallas (R.O. 14 de Mayo de 1.902), precedida de la Ley de Ensanche de 21 de Marzo de 1.895. Con estos preceptos la plaza de Cartagena renunció al sistema defensivo, de carácter permanente, contra los ataques procedentes del interior del territorio. Los castillos de Moros, Concepción y Atalaya, ya no interesan defensivamente, aunque por su posición y altura dominante, pueden servir para otras finalidades militares.
Preocupación por la defensa de costas.- La artillería de costa continua su evolución, y los artilleros están cada vez más preocupados por las corazas de los buques. En los ejercicios de tiro y Escuelas prácticas, se proponían como modelo enemigo, los buques acorazados ingleses que alcanzaban los 18 nudos, con coraza de 229 mm. y con cañones de 305 mm. y 152 mm. Los materiales de costa que artillaban Cartagena, a principio de siglo, no podían dar repuesta a los modernos acorazados que tanto preocupaban, por la posibilidad que tenían de poder realizar impunemente bombardeos sobre la Base Naval.
Si durante el Siglo XIX se gesta el nacimiento de los buques acorazados, será a principio del XX, cuando llegan a adquirir una gran importancia, y proporcionaban un gran poderío a las naciones que los poseían. Por eso, a toda costa había que proteger las bases navales de los ataques de estos poderosos navíos.
Plan de Defensas de Costas de 1912.- Fue este plan la contestación a tan negativo estado de opinión sobre la defensa, y era el más ambicioso que hasta la fecha se había concebido, de acuerdo con la R.O. de 12 Abril 1.912, donde se fijaban misiones a la Artillería de Costa de Cartagena, así como la ampliación de límites para el despliegue de las batería.
Consecuencia de esta R.O. la Junta Local de Armamento realiza un gran número de informes y tanteos para el artillado de nuevas baterías: Monte Roldan, Atalaya, Sierra Gorda, Aguilones y Cabo de Agua. Pero cuando llega el año 1.925, no se habían artillado ninguna de las mencionadas, al menos las de nueva ubicación.
El alcance máximo de los materiales en servicio en nuestras costas era de 12.000 metros, además de ser muy baja su velocidad de tiro, cuando ya se han montado pieza en los nuevos acorazados con alcances superiores a los 20.000 metros. A todas estas deficiencias se tratará de poner remedio durante el Gobierno del Marques de Estella, como veremos a continuación.
El despliegue Vickers.- El verdadero apogeo de la defensa de costa será iniciado por Primo de Rivera. Según Mola, el <<...claro concepto ... de la evolución política europea y de los futuros peligros en el orden internacional le llevó a cuidar de la Marina de Guerra, dotándola de medios poderosos de defensa de sus bases... >> que le lleva al establecimiento de un nuevo Plan de Defensa Marítima de las Bases Navales.
Estos planes que sin vacilación fueron completados por la II República, no sólo afectaron a Cartagena, también a EL Ferrol y Mahón. Se trataba de artillar nuevas baterías con piezas de 38,1 cm. (Costa), 15,24 cm. (Costa) y 10,5 cm. (Antiaéreo). Todas de la Casa Vicker, con alcances de 35.000 y 21.000 metros, respectivamente para las dos primeras, y techo de 7.000 metros las antiaéreas. Eran similares a las que armaban las más modernas unidades navales; complementadas con los obuses de 24 cm., y otras piezas de antiguos modelos.
Este nuevo material permitía a Cartagena contar con un despliegue más amplio, de Cabo Tiñoso a Cabo Negrete, que podía evitar un bombardeo naval de la Base de Cartagena, al quedar bajo el fuego de nuestras baterías las unidades que trataran de efectuarlo a menos de 35.000 metros, extremo que quedó ampliamente demostrado durante la Guerra Civil 1.936 - 1.939.
El material Vickers ha constituido el armazón de la defensa de la Base Naval de Cartagena hasta la actualidad.
Las baterías artilladas en este período de tiempo son las siguientes:
Plano 1
Plano 2
Plano 3
Baterías de 38,1:
- Castillitos.- Conserva los dos cañones.- Plano 1. nº 13.
- Cenizas.- Conserva los dos cañones.- Plano 1. nº 30.
Baterías de 15,24:
- Jorel.- Conserva los cuatro cañones.- Plano 1. nº 14.
- Parajola.- Desartillada.- Plano 3. nº 5.
- Aguilones.- Desartillada.- Plano 3. nº 38.
- Chapa.- Desartillada.- Plano 1. nº 27.
Baterías Antiaéreas de 105/45:
- Atalayón.- Desartillada.- Plano 1. nº 12.
- Roldán.- Desartillada.- Plano 3. nº 1.
- Sierra Gorda.- Desartillada.- Plano 3. nº 41.
- Conejo.- Desartillada.- Plano 3. nº 39.
- Cabo Negrete.- Desartillada.- Plano 1. nº 28.
- Dolores.- Desartillada.- (Desaparecida. Núcleo Este del Acuartelamiento de Dolores).
Artillados durante la Guerra Civil 1.936 - 1.939
Durante la guerra este despliegue se incrementó en las baterías siguientes:
- Batería de Loma Larga.- Desartillada.- Plano 1. nº 8.
- Batería Antisubmarina de Isla Plana.- Desartillada y en ruinas.- Plano 1. nº 2.
- Batería Antisubmarina de La Galerica.- Desaparecida.- Plano 1. nº 26.
- Batería Antisubmarina de Cabo de Palos.- Desaparecida.- Plano 1. nº 34.
- Batería de La Horadada.- Desaparecida.- Plano 1. nº 22.
- Batería de Punta Prima.- Desartillada, solo quedan vestigios.- (En Punta Prima de Alicante).
- Baterías de Almería.- Desaparecidas.
Además supone la aparición de una serie de obras complementarías a la defensa como asentamiento de proyectores, refugios A.A., puestos de mando que omitimos en este trabajo, dada la extensión impuesto al mismo.
Transformación de la Artillería de Costa en Antiaérea.- Finalizada la Guerra Civil se inicia en Cartagena un abandono progresivo de las fortificaciones tradicionales de la defensa de costas, y un incremento constante de puesta al día de los nuevos sistemas de defensa antiaérea.
El Plan Norte.- Anticipándose al PLAN NORTE, el 20 de mayo de 1.993 el General Jefe de la Región Militar de Levante transmite la IG.I/93 por la que se ordenaba la disolución del GACTA III/73, en el que estaban integradas todas las baterías de costa.
Este era un importante acontecimiento para la ciudad, desaparece la artillería de costa después de 485 años empleada en la defensa del puerto, las costas y más tarde la base naval de Cartagena, desde el año 1.726.
Las baterías de Cenizas, Castillitos, Parajola, Jorel, Aguilones y la Chapa, serán las últimas que permanecían artilladas, todas ellas ubicadas en parajes de alto valor paisajístico y ecológico, ya no tendrán uso militar, pero pueden constituir lugares de verdadero interés para que podamos intentar la conservación de una singular arquitectura (fosos, polvorines, refugios, pabellones, etc) y la voluminosidad y espectacularidad de los cañones y sus mecanismos como auténticas piezas de museo. No en vano es este el final de una etapa con 500 años de permanencia de la Artillería de Costa, con cañones, para la defensa de la Base Naval del Mediterráneo, en Cartagena.
Pero el PLAN NORTE también terminará con el resto de unidades del Ejército que guarnecían Cartagena. Por aplicación del mismo, todas ellas serán disueltas entre los años 1.995 y 1.996, tras el acuerdo del Consejo de Ministros, 5 de Agosto de 1.994, estableciendo la entidad, la estructura y despliegue de la FUERZA, así como el programa de transición para el período 1.995 - 1.997.
Edad Media
Edad Media
Son pocas las noticias que nos han llegado sobre la Cartagena de la Alta Edad Media, y además confusas. En el siglo VII Cartagena fue arrasada por el ejército visigodo, quedando la ciudad reducida a escombros.
En el siglo VIII es dominada como el resto de España, por los árabes, tras la derrota de los visigodos en la Batalla de Guadalete.
Del periodo musulmán, pocos vestigios quedan, tan solo los restos de la Alcazaba sobre la que se construyó posteriormente el Castillo de Cartagena o de la Concepción.
En el año 1.245 el ejército castellano puso cerco a la ciudad, con la colaboración de una flota llegada del Cantábrico, logrando su conquista en el verano de este mismo año.
A raíz de la incorporación de Cartagena a la corona de Castilla, se implantan en ella las instituciones castellanas, empezando por el Concejo, el órgano de gobierno municipal. Como disponía el Fuero de Córdoba, concedido por Fernando III a Cartagena, y las posteriores mercedes concedidas por Alfonso X el sabio, con el fin de poblar la ciudad y que sus vecinos realicen la defensa de la misma, como ocurrió con el privilegio rodado de Alfonso X el sabio a Cartagena, concediéndole el FUERO DE TOLEDO. (Fueros y franquezas que tenían los hijosdalgos de Toledo). «...por poblar bien la ciudad de Cartagena y por hacer bien y merced a todos los burgueses y a todos los marineros y a todos los ballesteros de caballo y a los que son moradores y vecinos de la ciudad de Cartagena a los que ahora lo son y a los que sean de aqui en adelante para siempre, jamas, doy y otorgoles a los burgueses que "estdieren" "guiasados" de caballo y de arma, y a los ballesteros de caballo y de armas, y a los ballesteros de caballo y ballesta, y el de caballo que "vala" de treinta maravedis alfonsi arriba, y a los marineros que fueren señores de navios armados o de leños cubiertos, que hayan en la ciudad de Cartagena los fueros y las franqueas que tienen los caballeros y hijosdalgos de Toledo...» (AMC. Armario 1. Caja 4. Nº,7.) (Publicado en: Historia de Cartagena de Ediciones Mediterráneo. Tomo VI Pág. 52. Mu 1986).
Tanto el Rey santo como su hijo el Sabio, se preocuparon por la defensa de Cartagena, pensando el peligro que suponían los mudéjares, la defensa del puerto y la proximidad de la frontera con el reino árabe de Granada. Para ello en varias ocasiones reparan el Castillo de Cartagena, la única obra defensiva de esta plaza. Recordamos que en 1.264, consecuencia de la rebelión de los mudéjares del reino de Murcia, hubo de ser reconquistada y el trazado urbano de Cartagena queda reducido al Castillo para la protección del puerto.
Recuperada este vieja alcazaba árabe convirtiéndola en el castillo de la ciudad. El 19 de noviembre de 1.267 tomó posesión de esta fortaleza el Maestre de la Orden de Santiago.
En el año 1.304 por la sentencia arbitral de Tordesilla se fijaron los límites entre Aragón y Castilla, que erróneamente dejaban bajo el dominio aragonés a Guardamar y Cartagena.
Enmendado este error y recuperada Cartagena para la Corona castellana, como señorío del Infante Juan Manuel, pero volverá a ser realenga en el año 1345.
Durante el reinado de Pedro I (1.350 - 1.369) el Puerto de Cartagena jugó un papel muy importante como base de partida para las armadas que este monarca organizó para sus guerras con Aragón, teniendo en cuenta que en 1.357 Cartagena fue sitiada por los aragoneses.
Bajo el reinado castellano de Enrique III, en 1.375, es ampliado y reforzado el Castillo.
En 1.465 y hasta 1.503, Cartagena vuelve a ser enajenada de la Corona, y pasa a ser un señorío de los Fajardos, en quien también recaía el título de adelantado. Los señores de Cartagena tendrán un delegado - que solía ser el alcaide del Castillo - en el Concejo, el cual presidía sus reuniones, así como un contador o mayordomo, que llevaba las cuentas. (Grandal López, Alfonso.- "La Edad Media".- Manual de Historia de Cartagena.- 1996.- Pág. 157).
Por la sentencia arbitral de Tordesilla, en 1.304, o Tratado de Límites entre Castilla y Aragón, se señaló el cauce del Rio Segura como divisoria entre Castilla y Aragón. Pero Cartagena y Guardamar quedaron en poder de Aragón. Rectificado el error Cartagena pasa a la jurisdicción de Castilla, como señorío del Infante Don Juan Manuel, hasta que en 1.346 pasa a ser realenga, y entre 1.466 y 1.503, fue señorío de los Fajardos.
Durante el reinado de Pedro I, en Castilla (1.350 - 1.369), en Cartagena se produce "una inusitada actividad, al ser su puerto la base de partida de las campañas marítimas de este monarca". Durante este reinado, en 1.357, Cartagena fue sitiada por tropas aragonesas.
Más tarde Enrique III (1.395) amplía y reconstruye el Castillo, y lo cede a la custodia del concejo cartagenero".
Durante toda la Edad Media no hay más fortaleza en Cartagena que el Castillo que por fin, y de forma definitiva, se hace realengo cuando el 5 de Julio de 1.503 muere D. Juan Chacón, señor de Cartagena y yerno de Pedro Fajardo, en Alcalá, y el 24 de Julio de 1.503 la Reina Isabel revocó la merced que le tenía hecha de la ciudad de Cartagena, y tomó posesión, en nombre de la Católica Reina el comendador D. Nicolás de Guevara, por real cedula el 4 de Julio del citado año.
Como resumen de la Edad Media cartagenera, todo el sistema defensivo consistía en el mantenimiento del Castillo para la protección del Puerto.
Edad Antigua
Edad Antigua
Cartagena púnica
Para Cartagena, un importante acontecimiento de gran interés histórico fue la fundación de Qart-Hadats, en el año 223 a.C., sobre la antigua ciudad indígena de Mastias, por el carthaginés Asdrúbal Barca, con el propósito de hacer de Cartagena «la capital de un nuevo centro mercantil de los carthagineses en occidente». Este entró en conflicto con los intereses de Roma, por lo que en el año 209 a C., Publio Cornelio Escipión conquista esta ciudad, durante la segunda guerra púnica, para acabar con el dominio de Carthago en la península Ibérica.
De esta época solo se conservan restos de «un tramo defensivo de época púnica [o carthaginesa] que cierra el espacio entre los Cerros de San José y Despeñaperros casi en línea con las antiguas Puertas de San José que constituían uno de los accesos monumentales de la muralla de Carlos III y que podían fosilizar las anteriores puertas de ingreso de la época púnica y romana». Estos restos, descubiertos en el año 1.987, son los conocidos en la actualidad como «Muralla Púnica».
Menos de veinte años permanecieron los carthagineses en Cartagena y, en tan escaso tiempo, pocas edificaciones pudieron realizar, pero sí prestaron gran importancia a las obras defensivas ante las amenazas romanas, dando como resultado esta Muralla Púnica.
Cartagena romana
Tras la conquista romana de Cartagena fueron respetadas todas sus fortificaciones carthaginesas, si bien se realizaron varias intervenciones en las mismas, por los distintos personajes que la gobernaron en nombre de Roma. De estas reformas no se conservan restos algunos, solo una abundante epigrafía halladas en distintas excavaciones arqueológicas realizadas. Que «nos remiten a una serie de magistrados locales que actúan en diversos tramos de la muralla en la segunda mitad del siglo I a.C.».