¿Dónde están las baterías del Espalmador?

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La demanda de ocio de familias y deportistas que inundan los antiguos caminos militares sobre las laderas de Galeras, Fajardo o Podadera, la ausencia de una rotulación portuaria que ofrece un paisaje “pseudo virgen” de pequeñas y accidentadas playas, o la reciente polémica de ubicación del CATE hacen que este cercano rincón de nuestro puerto se halle de actualidad. No solo se trata de espectaculares vistas del Puerto o de la Ciudad, sino que el excursionista se sumerge en una importante concentración patrimonial de abandonadas fortificaciones militares surgidas entre los S. XVII y XX donde la curiosidad por su historia supera a las expectativas de hallar relatos.

Conocido como Espalmador Grande era una de las playas interiores del Puerto (aún lo es) donde antaño se realizaban labores de carenado, calafateo y mantenimiento de los viejos navíos de madera, y, hasta no hace mucho, se desguazaban buques civiles y de la Armada.

La importancia de esta pequeña ensenada ya fue recogida en 1740 por el ingeniero militar Esteban Panón para situar una batería que batiese por el fuego de flanco la entrada a puerto.

Sebastián Feringán proyectaría de nuevo esta posición en 1761, y su existencia es recogida por Ordovás en su completo Atlas de 1799. Más tarde, en 1863, el Coronel Jefe de la Comandancia de Ingenieros. Salvador Medina firmaría su última reconstrucción dentro del Plan O´Donell de defensa de la Plaza de Cartagena junto con otras importantes obras de fortificación como los fuertes de Santa Ana, Navidad o Despeñaperros entre otros.

Aquella batería del Espalmador, conocida también como del Apostolado constaba de una explanada de fuego a barbeta con 12 cañoneras, un edificio de repuestos de 5 arcos y aljibe. Construida a mediados del S. XIX quedó tempranamente fuera de servicio y su sobrepasada ubicación, demasiada adentrada en el Puerto, la hizo innecesaria. No obstante, es recogida en abundante cartografía e identificable aún en pie con claridad en vuelos fotográficos militares; el más cercano, uno correspondiente a 1956-57.

A partir de entonces, no se vuelven a tener referencias o imágenes de esta fortificación y surge la pregunta; ¿Qué fue de la batería del Espalmador?

Tras un estudio realizado por AFORCA, la hipótesis es que aún existe. Construida sobre una cota media de 4,5 m su exacta ubicación conocida se halla hoy colmatada por una ingente cantidad de escombros que sobrepasan los 12 m de altura. La Batería de Salvas del Espalmador fue la otra batería que se erigió junto a la anterior para asumir los deberes de honores militares tras clausurarse a finales del S. XIX su antigua ubicación frente al Palacio de Guardiamarinas en la Muralla del Mar.

Hoy aún es posible identificar sus cuatro plataformas para 16 cañones de bronce junto al camino de subida a Fajardo y a pesar de hallarse semioculta por la vegetación y los sedimentos de lluvia. Toda fortificación militar atraviesa un peligroso momento en el que su desuso la convierte en “vieja”, pero no goza de los años suficientes para considerarse una antigüedad patrimonial digna de conservación. Muy posiblemente, la batería del Espalmador sucumbió a aquel momento, y las dimensiones de su explanación y accesos la convirtieron en un lugar cercano y cómodo donde desescombrar el material procedente de las limpiezas de la zona de desguaces.

Hoy por hoy desconocemos si Ayuntamiento, Comunidad, Autoridad Portuaria y Ministerio de Defensa serán capaces de coordinar a medio plazo una acción conjunta que consiga poner en valor todo el Frente Derecho, si Fajardo será restaurado sosteniendo el motor cultural del conjunto, si la playa del Espalmador se convertirá en la gran playa que demanda Cartagena, y albergamos muchas dudas de que la ubicación del CATE sea acertada en este rincón con tan fuerte proyección patrimonial y turística de futuro. El desconocimiento general de la existencia de las dos baterías del Espalmador y su actual falta de protección legal las dejan en una situación vulnerable.

Para AFORCA, las actuaciones recientemente anunciadas para la mejora de la zona del Espalmador deberían ser en todo caso respetuosas con la existencia de la Batería de Salvas y con la posibilidad de hallarse enterrada los restos de la Batería del Espalmador condicionando cualquier futuro proyecto a incluir su cata arqueológica y su integración en este importante conjunto patrimonial.