No se trataba de un elemento de pura arquitectura defensiva militar, no era BIC, y ni siquiera estaba catalogado. Ninguna de las asociaciones que intentamos preservar y difundir el patrimonio habíamos caído en denunciar su oculta precariedad o atisbábamos el peligro que corría seguros de su simbolismo. Tampoco sospechábamos que los mismos vecinos o naturales de la entrañable población pesquera y que lo conocían desde su primer uso de razón asistieran indolentes a su destrucción.
Su origen se sitúa cuando los cañones Vickers que serían artillados según el Plan de Defensa de 1926 en las baterías de Cabo Tiñoso fueron desembarcados por el buque Brompton Manor en el Arsenal de Cartagena para desde allí ser trasladados a la población más cercana de la costa: La Azohía. Sería entonces preciso la construcción de un muelle cuyas dimensiones y calado fueran suficientes para que la grúa de la Armada; Sansón, con 100 tn de potencia pudiera desembarcar las voluminosas y pesadas cargas para ser acarreadas por tierra a sus respectivas baterías. Estas serían la del Atalayón; con 4 cañones antiaéreos de 105/43,5 mm, la de Jorel; con 4 cañones de costa de 152,4/50 mm y la de Castillitos con dos cañones de grueso calibre de 381/45 mm.
La obra fue encargada al capitán de ingenieros Manuel Duelo Gutiérrez, autor de los proyectos de las baterías de la Chapa y Conejos, quien diseñó un pequeño puerto de 50 m de longitud por 8 m de ancho alcanzando un calado final de 3 m de profundidad, suficiente para que la grúa Sansón pudiera amarrar y depositar desde su plataforma los montajes sobre el muelle.
Su construcción comenzó en noviembre de 1930 y finalizó en septiembre de 1931. Complementariamente al muelle se construiría en su parte anexa a levante un pequeño varadero, una explanada a poniente de 150 m2 para el depósito de los montajes, una caseta para el cobijo de los materiales de construcción (desaparecida) y un pilar con un farol junto al arranque del muelle. En la construcción del muelle se emplearon hasta 380 bloques de hormigón fabricados en el mismo lugar y que sirvieron para cimentar la obra con la intervención de buzos de la Armada. Los tres elementos compartían una sencilla línea ornamental, como a modo de dientes de sierra siguiendo el planteamiento arquitectónico que caracterizaba a cada batería de manera única.
Finalizada la construcción del muelle pudieron trasladarse los montajes desde el Arsenal de Cartagena hasta La Azohía mediante la Grúa Sansón remolcada por El Gaditano y el apoyo de otras barcazas de la Armada, pero las dificultades y retrasos surgidos en las obras de fortificación de los asentamientos, y especialmente en la construcción de una pista militar adecuada hasta las baterías de Cabo Tiñoso para el acarreo de los grandes cañones obligó a custodiar durante dos años en La Azohía las partes más sensibles en dos barracones de madera instalados, y las más voluminosas, a la intemperie.
Hace ya muchos años que se derribó la caseta de aperos de aquel conjunto, en un momento en que quizá no habían aparecido las asociaciones patrimoniales y la conciencia ciudadana aún estaba en otras sensibilidades, pero nada hacía sospechar que la remodelación de la Plaza De Juan Paredes de La Azohía anunciada este pasado mayo necesitara de la demolición del pequeño pilar de farol de 92 años de antigüedad para ceder su exiguo espacio a una nueva acera. Esto solo demuestra ignorancia, ausencia de inteligencia y alternativas, e insensibilidad por nuestro patrimonio e historia.
Parece que las asociaciones de vecinos, las oficinas técnicas municipales, las diversas áreas de patrimonio locales y regionales y la Demarcación de Costas trabajan en compartimentos estancos. Y, las asociaciones civiles sin ánimo de lucro nacidas para la protección de nuestro patrimonio no podemos asumir toda la carga de vigilancia y lucha sin la mínima sensibilidad o capacidad de cuestionarse de las instituciones.
Se ha perdido un pequeño y centenario símbolo que sustentaba parte del relato histórico y defensivo de esta entrañable población de las Tierras de Poniente. Lamentable.